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Breve Historia de Pinto

 

Pehistoria de Pinto

De este período encontramos en el término municipal de Pinto dos unidades fluviales con industrias líticas elaboradas en sílex, sobre una superficie de 90 metros cuadrados, en el yacimiento conocido como "Las Fronteras", situado junto a la N-IV (carretera de Andalucía), en la zona denominada "Puerta de Pinto" o "Barrio del Sector 3/4". También se localizó un elevado porcentaje de materiales meteorizados, asociados a elementos tallados.

El yacimiento paleolítico de "Las Fronteras" debemos fecharlo en el pleistoceno superior. Asimismo, en el yacimiento conocido como "Pedazo del Muerto", situado en la zona sur de Parque Europa, se documentó industria lítica en niveles pertenecientes al pleistoceno y depósitos posteriores. El paraje sería, en opinión de sus descubridores, un lugar de captación y aprovechamiento de materia prima: sílex.

Se han localizado pequeños poblados emplazados en las proximidades del arroyo Culebro. En el yacimiento denominado "Pedazo del Muerto", se localizó una fase de ocupación calcolítica en la que se apreciaron una cabaña, algunos fondos, cubetas y pozos, así como distintos materiales cerámicos e industria ósea; en el yacimiento conocido como "Las Fronteras" se localizó un enterramiento, también relativo a este período.

Los restos hallados de este período se asientan en altanazos que recorren la franja del término municipal de Pinto desde el sudoeste al noroeste; algunos próximos al arroyo Culebro. El principal yacimiento, "La Capellana", está situado siguiendo el curso del arroyo de los Prados, en dirección a la cueva Cuniebles, al sur del Culebro. Es un enclave fechado en la Edad del Hierro, en el que no se pudieron localizar estructuras, salvo una alineación de piedras en tres hileras, casi paralelas, y de difícil interpretación.

Los restos hallados son: cerámicas, un alfiler de bronce con la cabeza engrosada y un fragmento de hacha pulimentada.

Dominación Romana

El modelo de ocupación romana en el término municipal de Pinto parece haberse desarrollado siguiendo dos ejes direccionales:

Prerromano: siguiendo el curso del arroyo Culebro, al norte del municipio. Se desconoce la identidad de estos hábitat, aunque podría tratarse de pequeños asentamientos agrarios que aprovecharían la vega del Culebro. En general se trata de asentamientos en alto, formados por la agrupación irregular de varias casas de planta rectangular con zócalos de piedra y alzado en tapial.

Dirección Norte-Sur: a lo largo de este eje se sitúan una serie de yacimientos, como son los enclavados en los parajes conocidos como "Tinto de la Cruz" (al norte de Pinto, en las cercanías del arroyo Culebro) y "Las Fronteras" (en la zona de Puerta de Pinto, cerca de la carretera de Andalucía).

Tinto Juan de la Cruz".- Dos yacimientos tardorromanos y uno altoimperial.
"Las Fronteras".- Restos de una villa tardorromana (s.IV-V), muy deteriorada.

Hipótesis Sobre el Origen de Pinto

Aunque los asentamientos humanos en lo que ahora es el término municipal de Pinto se pierden en la noche de los tiempos, desconocemos quiénes fueron los fundadores del núcleo que dio origen a la villa.

Primera hipótesis.- Una de las hipótesis más fundamentadas apunta a un origen romano del núcleo y al término "Punctum" (del latín: punto de paso) como origen del nombre del municipio. Punto, que por corrupción del lenguaje, habría dado lugar, con el devenir de los siglos, al nombre actual: Pinto.

Segunda hipótesis.- Hay una segunda hipótesis sobre el origen del municipio que lo sitúa bajo el poder del Islam, y que tiene relación con una hermosa leyenda que nos dejaron los invasores de la media luna: "La Leyenda del Arca" y la denominación de "centro geográfico de la península Ibérica". Según la vieja leyenda árabe, que la tradición ha traído hasta nuestros días, los musulmanes llevaron a cabo unas mediciones que situaron en Pinto, en el Egido, justo en la esquina Xata, en la confluencia de las calles del Hospital y Maestra María del Rosario (hasta 1935 calle del Arca), el punto céntrico de la península. En el citado lugar, siempre según la leyenda, enterraron los invasores, bajo una piedra circular marcada con una X, el arca, en cuyo interior depositaron los instrumentos que habían utilizado en sus mediciones.

Invasión y Reino Visigodo

La primera invasión se detecta, en el término municipal de Pinto, en las huellas de un incendio generalizado y la reutilización de algunas estructuras de las villas tardorromanas arrasadas, como las que se aprecian en los yacimientos de "Tinto Juan de la Cruz", de comienzos del siglo V.

De la época visigoda se han encontrado dos yacimientos en el término:

"Tinto Juan de la Cruz".- La última fase de ocupación corresponde a un cementerio visigodo (s.VI). "Barrio de El Prado".- Necrópolis de las mismas características que la anterior (s.VII).

Época Islámica

No se han documentado restos pertenecientes a este período, aunque toda esta zona estuvo bajo la dominación musulmana desde el año 711 hasta el 1083, en que Alfonso VI reconquistó estas tierras en su camino hacia Toledo.

Reconquista

La pequeña aldea de Pinto fue una de las poblaciones que el rey Alfonso VI reconquistó, hacia el año 1083, en su avance hacia Toledo, reconquistado en el año 1085.

Siglos XII y XIII

Durante largo tiempo la aldea de Pinto es objeto de disputas territoriales entre el obispo de Palencia y las ciudades y tierras de Segovia y Ávila con Madrid; unos contenciosos que dan lugar a las intervenciones de distintos monarcas con los consiguientes deslindes, uno de los cuales tiene que ver, probablemente, con la popular frase de "Entre Pinto y Valdemoro".

El 7 de febrero de 1184, el rey Alfonso VII ordena el primero de estos deslindes, situando la línea divisoria de Madrid y Segovia entre ambas poblaciones.

El deslinde es posteriormente ratificado por Alfonso VIII, en el privilegio firmado el 28 de julio de 1208.

Los conflictos fronterizos continúan y se hace necesaria la intervención, en 1239, del rey Fernando III el Santo, quien presencia personalmente la colocación de 42 hitos y mojones entre las poblaciones de Pinto y Valdemoro.

Es precisamente la presencia de "El Rey Santo" entre los dos pueblos y su determinación de no desairar ni a los de Pinto ni a los de Valdemoro, que competían para ser los anfitriones del monarca, ofreciéndole unos y otros sus mejores caldos y viandas, lo que, con toda probabilidad, dio origen a la famosísima frase, ya que Fernando III optó por comer con los representantes de las dos villas "entre Pinto y Valdemoro".

Siglo XIV

En el año 1332, el rey Alfonso XI intenta ceder la aldea de Pinto a Martín Fernández, Alcalde Mayor de Toledo; sin embargo, ante las protestas del Concejo de Madrid, a cuya jurisdicción pertenecía Pinto, se ve obligado a revocar su decisión en carta fechada en Valladolid, el día 2 de marzo del citado año.

En 1359, Pinto pasa a ser Villa de Señorío al ser entregada por el rey de Castilla, Pedro I el Cruel, a D. Íñigo López de Orozco, por los buenos servicios prestados a la corona o, tal vez, por los derechos que sobre la Villa tenía su esposa Dña. Marina Alonso de Meneses Tizón y Loaisa, que tres años antes, en 1356, figura como esposa de D. Fernán Pérez de Portocarrero, guarda mayor del Rey, que se decía Señor de Pinto, y a quien, tal vez, perteneció el escudo que, según el historiador Edwar Cooper, había en la torre: los cestos de las serpientes.

D. Íñigo, primer señor de Pinto, era, además, señor de Hita, Sta. Olalla, Torija, Daganzo y Cobeña, Lorca y Alcalde Entregador de la Mesta, entre otros títulos; este último concedido por el rey Alfonso XI, el día 1 de noviembre de 1339.

En el curso de la guerra entre Pedro I y su hermano bastardo Enrique de Trastámara, D. Íñigo abandonó la causa de "El Rey Cruel" para aliarse con el pretendiente, por lo que fue despojado de sus propiedades, entre ellas la de Pinto.

Finalmente, D. Íñigo López de Orozco, primer señor feudal de la Villa, fue hecho prisionero tras la batalla de Nájera y asesinado por el propio rey, que vengaba así su traición.

En el siglo XIV, la aldea, primero, y Villa de Señorío de Pinto, después, comienza a tener una cierta entidad, aunque su población se ve seriamente mermada por las diversas epidemias que asolan estas tierras.

El 10 de septiembre de 1380, Juan I, hijo de Enrique II (Enrique de Trastámara) devuelve el Señorío de Pinto a la legítima heredera de D. Íñigo López de Orozco, Dña. Juana de Orozco.

En 1382, Juan I recibe en el "castillo" de Pinto, propiedad de Dña. Juana de Orozco, a D. Juan Fernández de Andeiro, embajador de Portugal, quien rodeado de gran séquito y con poderes otorgados por Dña. Leonor Teles, viuda del rey de Portugal, Fernando I, propone al monarca de Castilla el matrimonio con su hija, la infanta Dña. Beatriz. Boda que se celebraría el 14 de mayo de 1383 en Badajoz.

Dña. Juana de Orozco se une en matrimonio a D. Pedro Suárez de Toledo Mendoza, Alcalde Mayor y Notario Mayor de Toledo, con el que tiene dos hijas: Dña. Teresa y Dña. Inés de Ayala, entre las que se dividiría la propiedad de Pinto. D. Pedro murió en la batalla de Troncoso, en 1385.

Siglo XV

En este período se produce la consolidación definitiva del núcleo, como fortalecimiento de los señores nobiliarios y el aumento de la población producido a consecuencia de la inmigración de los territorios reconquistados.

El núcleo primitivo, formado por las calles Lista, Calzada Real, Amadeo I y del Cuartel, presenta una estructura típica medieval, de trazado radial con el centro en la plaza (actual Pza. de la Constitución). Un espacio doblemente funcional: plaza del mercado, que como tal centralizaría todo el comercio del burgo, y lugar de celebración de festejos y actos públicos.

El caserío es homogéneo en este período, construido en adobe con fachadas encaladas, destacando algunas casonas solariegas en piedra o ladrillo.

En 1405, el rey Enrique III el Doliente, ante la reclamación que de Pinto hacía el Concejo de Madrid y, basándose en disposiciones de monarcas anteriores, resuelve en favor de los demandantes, despojando a Dña. Juana de Orozco de su propiedad.

Sin embargo, al año siguiente, fallecido Enrique III, su sucesor, Juan II devuelve la propiedad a Dña. Juana, quien divide el Señorío de Pinto entre sus hijas: Dña. Inés de Ayala y Dña. Teresa Vázquez de Toledo. La mitad del Señorío pasa a sus respectivos hijo e hija, Dña. Marina de Toledo y D. Pedro Suárez de Toledo.

Dña. Marina lega su mitad del Señorío a su hija Dña. Juana Enríquez y D. Pedro a su hija Dña. Leonor de Toledo. Dña. Juana Enríquez contrae matrimonio con el rey Juan II de Aragón; del enlace nace el rey Fernando V de Aragón, Fernando "el Católico". Dña. Leonor de Toledo figura en 1483 como dueña de las dos mitades del señorío de Pinto: una, heredada de su padre, y la otra, comprada a los Jerónimos de Madrid, quienes lo habían heredado, a su muerte, de la reina Juana Enríquez, madre de Fernando el Católico.

A Dña. Leonor de Toledo le disputó una de las mitades de la propiedad Dña. Beatriz de Urueña, esposa de D. Ruy Díaz de Mendoza, a quien se lo había entregado el Rey Enrique IV como dote de boda.

Siglo XvI

Éste es un siglo especialmente importante para el Señorío de Pinto que, del lado de los rebeldes, toma partido contra el emperador, Carlos I de España y V de Alemania, en las revueltas Comuneras; y a través de su torre, en una de las páginas más extraordinarias de la historia de España: "La Leyenda Negra".

Entre sus pétreos muros fueron recluidos, por orden del rey Felipe II: Dña. Ana de Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli (1579), Antonio Pérez, Secretario del Rey (1589) y su esposa, Dña. Juana de Coello e hijos (1590).

A la muerte de Dña. Leonor de Toledo heredó el Señorío de Pinto su marido, D. Alfonso Carrillo de Acuña, de la cuarta rama de los Carrillo. Los siguientes señores feudales de Pinto en este siglo son: D. Gómez Carrillo de Castillo, hijo del anterior; D. Alonso Carrillo de Toledo, nieto, y Luis Carrillo de Toledo, bisnieto.

Del siglo XVI data también el origen del convento de las Reverendas Madres Capuchinas, que se funda como beaterio. Más tarde se transforma en convento de las monjas Bernardas, aunque por poco tiempo, ya que la congregación se traslada a Madrid, instalándose en un convento de la Carrera de San Jerónimo donde, durante largo tiempo, se las conoce con el apelativo de "Las Monjas de Pinto".

La actual iglesia es, en este período, una pequeña ermita consagrada a la Virgen de la Asunción, cuya imagen se conserva en el convento de las Capuchinas y es venerada como Patrona de Pinto.

A lo largo del siglo XVI se desarrollan una buena parte de las obras de la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos.

Primeros Datos de Población: El 12 de noviembre de 1571, Felipe II ordena a su contador, Juan López de Zubizarreta, la averiguación del número de vecinos de la Villa de Pinto, así como el valor de sus tercias.

El padrón se realiza el día 19 y se repite para su corrección, tras ordenarlo el Ayuntamiento, el día 22 de septiembre del mismo año.

El primer censo daba un total de 835 vecinos y el segundo, y definitivo, 838.

Las calles de Pinto son en 1571: calle Grande, de Labrado, El Raso, el Rasillo, Camino de Madrid, Nueva, de Marina Jiménez, de la Plaza, Detrás de la Iglesia, el Rasillo de Diego Martín y El Castillo.

Siglo XVII

El día 2 de julio de 1624 el rey Felipe IV crea el Condado de Pinto en la persona de D. Luis Carrillo de Toledo.

Durante este siglo los Señores, ya Condes, de Pinto fueron: el citado D. Luis Carrillo de Toledo, Dña. Ana Carrillo de Toledo, D. Luis de Benavides Carrillo de Toledo y D. Luis de Benavides.

En este período tenemos que destacar la finalización de las obras de la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos y la importante caída, en la segunda mitad del siglo, de la producción agrícola, base de la economía pinteña.

Siglo XVIII

En el siglo XVIII los condes/condesas de Pinto son: Dña. Antonia de Benavides Carrillo de Toledo, D. Fco. María de Paula Téllez y Dña. María Lucía Dominga Téllez Girón.

La Descripción Lorenzana y el Catastro del Marqués de la Ensenada nos ofrece interesantes datos de la población de Pinto en este período, así como de la trama urbana y la actividad económica.

La Descripción atribuye al núcleo urbano una población cercana a los 1.000 vecinos (unos 4.000 habitantes), que, en 1787, se vieron reducidos a menos de la mitad.

En esta época, Pinto carece de cualquier establecimiento industrial o de artesanía. La actividad es exclusivamente agrícola y comprende una producción de vino y granos de distinto tipo, garbanzo, olivo y algo de hortalizas regadas por noria. Hay canteras de piedra blanca y sólida, y algo de yeso.

El manuscrito del Archivo Diocesano de Toledo correspondiente a la Descripción Lorenzana cifra la producción de grano en 42.000 fanegas y la de vino en 60.000, cuando un siglo atrás era de 600.000.

La trama urbana, en la que destacan, además de la plaza, la torre y los edificios religiosos, está compuesta por más de 600 casas, 400 de ellas están en buenas condiciones, 200 arruinadas y 21 abandonadas; cifras que avalan la hipótesis de la fuerte recesión económica y demográfica de finales del XVII y XVIII.

Siglo XIX

De comienzos del siglo XIX es el primer plano topográfico que da cuenta de la estructura arquitectónica y urbanística de Pinto. El "Barranco del Egido" divide al núcleo urbano en dos sectores Este y Oeste.

De mediados de siglo (1858) es el primer plano que nos aporta de una forma detallada la configuración urbana del municipio con los nombre de sus calles.

El sector Este gravita sobre la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos, configurando un dédalo de calles que la contornean aumentando progresivamente su radio. El sector Oeste, a su vez, muestra una subdivisión entre la parte Norte -barrio de Las Monjas,Torre- y la Sur -Pza. Mayor- que es, seguramente, el origen del Pinto antiguo.

Los pinteños, al igual que los vecinos de otros municipios colindantes, se movilizan contra el invasor francés en la Guerra de la Independencia. En este capítulo merecen especial mención el guerrillero de apodo "El Pinto", quien demostró gran audacia y valor contra los franceses, y la destrucción del Convento de San Fco. de Asís por las tropas del ejército invasor, como represalia por la voladura de un polvorín.

En febrero de 1851 la reina Isabel II inaugura la segunda línea de ferrocarril española Madrid-Aranjuez. Pinto sería parada intermedia con Villaverde, Getafe, Valdemoro y Ciempozuelos.

En 1850, cuatro barrios configuran la estructura del municipio, siendo Alcalde de la Villa, D. José Ortiz de Lanzagorta, cada uno de ellos vertebrado por una iglesia o ermita o la impronta dejada en la trama urbana por una ya desaparecida:

 

  • Barrio de la Asunción.- 481 habitantes, en 91 casas.
  • Barrio de Sto. Domingo.- 411 habitantes, en 72 casas.
  • Barrio de Santiago- 364 habitantes, en 49 casas.
  • Barrio de San Fco. de Asís.- 555 hab., en 101 casas.

La economía agrícola y ganadera de Pinto continúa en decadencia por múltiples causas: el caciquismo, la mala política agrícola, las turbulencias de la época y las plagas.

Se arrancan gran cantidad de viñedos y olivares que son sustituidos por cereales; y se cierran también bodegas, cuevas y queserías.

Uno de los principales acontecimientos que se producen en Pinto a mediados del siglo XIX es la fundación, en 1854, de la fábrica de chocolate "Compañía la Colonial", una de las más importantes del sector, como primera consecuencia de la instauración de la línea de ferrocarril Madrid-Aranjuez. Los promotores de la fábrica fueron los hermanos de origen francés: Jaime y Edmundo Méric.

Es éste el único establecimiento industrial importante instalado en Pinto en el siglo XIX; el resto de la industria permanece ligada a la actividad agrícola.

En 1878, un grupo de vecinos convierten el viejo Pósito del Egido (antiguo edificio para almacenar el grano, situado frente a la iglesia Parroquial) en un coqueto teatro, en el que se representan obras casi hasta la Guerra Civil.

Siglo XX

A principios de siglo, ya prácticamente en ruinas, es derribada la Ermita de Santiago, situada en la glorieta del mismo nombre, al final de la calle de Buena Vista.

Hacia 1908, un supuesto cura, de nombre Antonio, manda derribar la vieja torre de la Iglesia Parroquial de Sto. Domingo de Silos, argumentando que estaba torcida, derribando también, accidentalmente, una parte del pórtico original, que acaba por desplomarse en 1918.

En 1921 se inaugura el nuevo pórtico y la Iglesia permanece sin torre hasta mediados de los cincuenta, en que los hermanos Infante sufragan y construyen la actual.

En 1925 se instaura la doble vía de ferrocarril Madrid-Aranjuez, construyéndose el conjunto de edificios de la estación que hoy conocemos.

En el plano industrial hay que destacar la fábrica de mosaicos, creada en los años 20 por los hermanos Infante y "Pistones" ADASA (Armamento de Aviación Sociedad Anónima) que centra una buena parte de actividad económica hasta su declive en 1963.

La Guerra Civil (1936-1939) es nefasta para Pinto. Las tropas nacionales toman la población el día 2 de noviembre de 1936, utilizándola como base de operaciones para lanzar una ofensiva que da lugar a una de las batallas más importantes de la guerra: la Batalla del Jarama.

El crecimiento del municipio a lo largo del siglo XX es lento y la población se ve, incluso, reducida con respecto a épocas anteriores; como botón de muestra valgan estos censos de población: año 1900, 2.669 habitantes; año 1950, 3.463 habitantes; y 1970, 9.761 habitantes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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